QUIROPODOLOGÍA
La quiropodología emplea técnicas manuales para dar solución a
diversas alteraciones
que se presentan en nuestros pies debido a diferentes
circunstancias. El podólogo lleva a cabo el
diagnóstico y tratamiento
de distintas patologías del pie causadas por trastornos sistémicos
como helomas e hiperqueratosis (callos y durezas), papilomas
(verrugas plantares), hiperhidrosis (exceso de sudoración),
bromhidrosis (sudoración con mal olor), xerosis (piel seca),
grietas, úlceras, micosis dérmicas (pie de atleta, etc.),
onicocriptosis (uña encarnada), onicomicosis (hongos en la uña),
onicogrifosis (uñas engrosadas), uñas distróficas, heridas,
ampollas, infecciones (paroniquias, eritrasma, etc.), hematomas
subungueales, etcétera.
La
quiropodia
es un tipo de servicio ampliamente demandado en el que se procede al
corte y fresado de uñas, así como a la eliminación de queratopatías
(como callos o durezas) de los dedos y plantas de los pies. Además,
durante la misma se
inspecciona el pie
por si fuera necesario poner en marcha algún otro tipo de
tratamiento. Conviene recordar que todas las actuaciones podológicas
se llevan a cabo bajo
estrictas condiciones de esterilidad
y que son supervisadas periódicamente por minuciosos controles
sanitarios.
Nuestros pies son la base de nuestro cuerpo y conviene cuidarlos
para
prevenir problemas
en el futuro. Una visita periódica al podólogo es recomendable para
mantener y mejorar la salud de los pies. De esta forma, es posible
diagnosticar las patologías
antes de que puedan verse agravadas por el paso del tiempo, así como
determinar las causas
que las originan.
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